La
globalización es un fenómeno de
apertura de las economías y las fronteras que se ha originado como consecuencia
del aumento de los intercambios comerciales, los movimientos de capitales, la
circulación de las personas y las ideas, difusión de la información, los
conocimientos y las técnicas, etc.
También
ha influido en su desarrollo la adopción, en los diferentes países, de medidas
que la favorecen. Aunque no es un fenómeno reciente, se ha acelerado en los
últimos años y hoy es uno de los grandes retos del mundo actual.
La globalización supone un incremento de las relaciones entre los diferentes países y las personas del mundo, por lo que se produce un continuo flujo de población, dinero, mercancías, información, etc., de unos lugares a otros del planeta. Cada día conocemos mejor lo que sucede más allá de nuestras fronteras, y es frecuente que visitamos otros países, conozcamos otras culturas o nos comunicamos con personas de orígenes diferentes de los nuestros.
Esta
realidad también se percibe en nuestro entorno más cercano y afecta a nuestra
vida cotidiana. Por ejemplo, España fue hasta tiempos muy recientes una
sociedad bastante homogénea. Sin embargo, hoy se ha convertido en un crisol de
culturas en el que el porcentaje de personas no nacidas en nuestro país, muchas
de las cuales pertenecen a otras etnias o religiones, se ha incrementado sin
pausa. Nuestra sociedad es hoy, sin duda, distinta de la de hace sólo dos
décadas.
En
la globalización han sido fundamentales la revolución tecnológica y la aparición
de nuevos medios como Internet. La comunicación con prácticamente cualquier
parte del mundo es directa e inmediata, y este fenómeno, totalmente nuevo, está
provocando cambios profundos en todos los ámbitos de la vida humana, desde las
relaciones personales hasta la forma en que se organizan las empresas o se
comercializan los productos.
Todos
estos cambios afectan a las estructuras económicas y políticas, que deben
adaptarse a una nueva realidad. En estos momentos, cada país está inmerso en un gran mercado global en el que sus empresas
tienen que competir con otras del extranjero. Muchas de estas empresas son
multinacionales, los propietarios de las cuales proceden de lugares diferentes.
Asimismo, los procesos de fabricación y los negocios se llevan a cabo en
diferentes países.